trazamos fue garantizar el
derecho a la salud de toda la
población.”
Escrito por William Meléndez
El Ministerio de Salud, bajo la conducción de María Isabel Rodríguez, inició la ejecución de la reforma de salud, una iniciativa de ocho ejes en los que sobresalen las redes integrales de los servicios de salud y el sistema nacional de emergencias médicas.
La reforma –una de las más ambiciosas trazadas en los últimos años– ha contado con críticos que advierten la posibilidad de que la medida quede inconclusa en esta administración, que no está financiada con recursos propios o muestre deficiencias en tanto siguen las epidemias, como el dengue.
Ayer, en la Entrevista en Línea de LA PRENSA GRÁFICA, María Isabel Rodríguez, ministra de Salud, defendió la reforma en el sistema a partir de tres decisiones de impacto: la eliminación de lo que consideró una “barrera económica” como era la cuota voluntaria, que generó de inmediato un aumento del 40% de demanda, el acercamiento de los servicios de salud y la calidad de los servicios.
La ministra Rodríguez destacó el establecimiento de 422 equipos comunitarios de salud conocidos como ECOS y 28 equipos especializados de atención a los usuarios en su lugar de vivienda, la atención de los partos y la extensión de los horarios de los especialistas durante las 24 horas, además de otras medidas.
“Con mucho orgullo podemos decir que la primera parte del objetivo 5 del Milenio de reducir la mortalidad materna al 75% y que debía cumplirse en 2015 la hemos sobrepasado en 2012”, declaró la funcionaria al reiterar que se trata de resultados tangibles y medibles.
En esa dirección recordó que recientemente el ministerio junto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Banco Mundial (BM) y el Banco Internacional de Desarrollo (BID) iniciaron un proceso de evaluación cuyo resultado será “lo más crítico y apartidario” para mostrar el impacto de la reforma en la población.
Rodríguez admitió que los ECOS no podrán instalarse en los 262 municipios, debido a la falta de recursos financieros, pero confía en que la reforma se convierta en una política de Estado que trasciende la presente administración.
“En dos años se ha logrado lo que no se pudo en 30 años”, opinó la ministra al reconocer que hubo iniciativas en el pasado pero no la voluntad política de ejecutarlos.
Hacer que la reforma continúe, dijo Rodríguez, puede ser posible si se logra el consenso para alcanzar una especie de “pacto social” en el cual se asuma la salud como un problema nacional, aunque también dependerá de la demanda social.
Reforma ajena a lo partidario
La ministra de Salud defendió la implementación de la reforma como un esfuerzo de beneficio social que no distingue la “pertenencia política e ideológica” de la persona y menos permita que alguna persona se convierta en activista política.
“Los municipios donde se ha intervenido (con la reforma), la mayor parte son (gobernados) por ARENA y en segundo lugar del Frente”, aseguró la ministra en su esfuerzo por explicar la distancia que ha guardado este proyecto con el aspecto político partidario.
De acuerdo con la funcionaria, la propuesta de salud se diseñó pensando en la condición de la gente y no en grupos políticos o partidarios, porque “la salud es un problema de todos en el que todos debemos contribuir”.
Desde que la reforma se impulsó hace dos años, indicó, “no pensamos que se estableciera un sistema único, sino un sistema coordinado, donde todos los esfuerzos confluyan alrededor de una oferta de salud de calidad”.
“El objetivo que nos trazamos fue garantizar el derecho a la salud de toda la población”, concluyó.
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