El japonés Shinya
Yamanaka y el
británico John B.
Gurdon han sido
galardonados con el Premio Nobel de Medicina de 2012. En esta ocasión, el
Instituto Karolinska de Suecia ha querido distinguir a ambos científicos por
sus aportaciones clave en el ámbito de la reprogramación celular.
"Sus hallazgos han
revolucionado nuestro conocimiento sobre cómo se desarrollan las células y los
organismos", ha señalado la organización en un comunicado.
"Este premio",
continúa el texto, "reconoce a quienes descubrieron que las células
maduras, especializadas, pueden reprogramarse para volver a ser células inmaduras,
capaces de convertirse en todos los tejidos del cuerpo", subraya.
Desde 1901, la academia sueca
concede anualmente esta distinción,dotada
con 10 millones de coronas suecas (1,08 millones de euros), a la figura
que haya realizado el descubrimiento más importante en el campo de la
fisiología o la medicina.
Entre los favoritos para el
galardón de 2012 figuraban también David Allis y Michael Grunstein, por sus
avances en epigenética. Además, sonaban con fuerza los nombres de Anthony
Pawson y Anthony Hunter, quien ya recibió el Premio Príncipe de Asturias en
2004 por sus aportaciones en el conocimiento del crecimiento y división
celular.
Sin embargo, finalmente, han
sido Yamanaka y Gurdon los elegidos por sus avances que "han
hecho cambiar los libros de texto" y "han creado nuevas
oportunidades para el estudio de las enfermedades y el desarrollo de métodos
para diagnósticos y terapias", tal y como ha avanzado la organización.
Dar marcha atrás al
'reloj' celular
Hasta los años 60, se creía
que, en el desarrollo, la especialización de las células era unidireccional. Es
decir, que una vez que aparecían las células nerviosas o musculares en un ser
vivo, no se podía dar marcha atrás al 'reloj' biológico y volver a convertir
este material en células pluripotenciales (capaces de convertirse en cualquier
tejido), como las de la etapa embrionaria.
En 1962 Gurdon echó por tierra
esa creencia al demostrar, en un experimento en ranas, que una célula madura
intestinal podía proporcionar a un organismo primigenio toda la información
necesaria para su correcto desarrollo.
Cuatro décadas más tarde,
Shinya Yamanaka dio un salto en este camino y demostró que, sin necesidad de
manipular embriones, era posible reprogramar células maduras de ratones para
que volvieran a su etapa inicial.
Agradecimientos
Al conocer el galardón, el
científico japonés ha afirmado que su "objetivo es llevar la tecnología de
las células madre a los pacientes, a las clínicas", como ya señaló en una entrevista que concedió a este periódico en 2011.
En una rueda de prensa
celebrada en Kioto, Yamanaka, ha asegurado que no habría conseguido el premio
de no haber sido por el apoyo de su país natal, Japón. "Era un
investigador desconocido. Si no hubiera recibido el apoyo de mi país no habría
conseguido el premio. Fue el país de Japón el que obtuvo el premio", ha
señalado, antes de atender en directo la felicitación del primer ministro
nipón, Yoshihiko Noda, al que ante las cámaras y micrófonos
agradeció "el apoyo de todo Japón" y aseguró que continuará
esforzándose para avanzar en sus investigaciones.
De hecho, el director del
Centro para la Investigación y la Aplicación de Células iPS de la Universidad
de Kioto no dedicará mucho tiempo a celebraciones a juzgar por sus palabras:
"a partir de la semana que viene debo concentrarme en la investigación y
atender a los estudiantes cuyas tesis dirijo".
Gurdon, por su parte, se ha
mostrado "inmensamente honrado" por lo que ha calificado como
"un espectacular reconocimiento". El biólogo, pionero en el campo de
las células madre y la clonación, se ha confesado "encantado" de
recibir este premio junto a Yamanaka. "Es particularmente agradable ver
cómo simples investigaciones, que buscaban originalmente probar la identidad
genética de diferentes tipos de células madre en el cuerpo, se han convertido
en una clara posibilidad para la salud
humana", señaló Gurdon
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